Sabemos que
en los últimos años se ha visto incrementado los episodios agresivos de
nuestras mascotas caninas hacia las personas.
Estos son
algunos factores que han influido:
·
La
gran demanda de cachorros por nuestra sociedad.
·
Masificación
en la cría, mal control en la selección y elección de los reproductores.
·
Las
modas, compra masiva de ciertas razas.
·
Separación
de los cachorros de su madre y hermanos a edades muy tempranas.
Falta de
información para los nuevos propietarios como:
·
Consejos
para la selección y elección del cachorro.
·
Consejos
para los primeros meses de vida del cachorro como: desarrollo de la etapa más
importante, la socialización, etc.
·
Educación
y preadiestramiento del cachorro desde los tres primeros meses de vida y no
dejarlo para cuando aparezcan los episodios agresivos.
·
Tópicos,
mitos, privilegios y puntos de vista de los propietarios hacia sus perros.
·
Mestizaje
y abandono de perros.
·
Entrada
de cachorros de otros países sin la información necesaria. Etc.
Lo
realmente importante es conseguir entre todos, que en el futuro no existan
problemas de conducta relacionados con la agresividad; para ello profesionales
de las diferentes ramas y propietarios o amantes del perro, debemos colaborar
pensando que todos somos compatibles y queremos conseguir los mismos objetivos.
Comprender
lo que significa el término agresión, tratar de definirla, valorar las
diferentes causas y tipos de agresividad, nos ayudará a hacer un mejor
diagnóstico para poder controlarla, modificarla e inhibirla.
La agresión
tiene una justificación en la naturaleza donde existe una competencia entre
especies. Forma parte de la supervivencia para proveerse de alimento,
territorio, pareja. Puede dirigirse hacia coespecíficos y otras incluyendo el
hombre.
La agresión
en los perros es la acción dirigida contra otro organismo que persigue la
lesión o destrucción de un objeto perfectamente señalado como un objeto,
propiedad o animal con el fin de dañarlo o limitarlo.
La agresión
influenciada por:
·
La
Genética (dominancia). Propia de cada especie y de cada individuo.
·
Factores
hormonales. Estado fisiológico de cada animal, considerando la producción de
diferentes hormonas y la presencia de determinadas patologías.
·
Estímulos
ambientales. Sonidos u objetos en movimiento.
·
Aprendizaje.
(la experiencia).
·
Estado
o nivel de emoción: Excitación, ansiedad, estrés o frustración en el animal.
La agresión
puede ser:
Ofensiva (Dominio
Social o Jerárquico). Es un
intento no provocado de ganar algún recurso a expensas de otro. Aparece desde
los 1 a 2 años, madurez social.
Defensiva. Es la realizada por un individuo hacia otro
percibido como instigador o amenaza.
Incluye:
·
El
miedo.
·
Defensa
territorial.
·
Protección.
·
Irritable,
dolor o frustración.
·
Parental.
·
Predatoria.
Conducta alimentaria, el hambre. (trófico: c. alimentario). Acechar a la presa,
perseguirla, cobrarla, morderla, matarla y comérsela.
La Agresividad se divide en dos grupos:
Causas de
Agresividad más frecuentes hacia las personas.
Todos los
tipos de agresividad o secuencias agresivas, se basan en tres puntos para el
diagnóstico y pronóstico:
·
Blanco
de los ataques. Con quien existe el conflicto.
·
Contexto.
En que situaciones.
·
Postura.
Dominio, sumisión.
Una posible
clasificación aplicable en principio a todas las especies domésticas sería la
siguiente:
Secuencias de agresividad:
Competitiva o de conflicto: Se manifiesta cuando dos
individuos intentan acceder al mismo recurso a la vez o cuando intentan
establecer una relación de dominio – sumisión.
Maternal: Se manifiesta en respuesta a un estímulo que
supuestamente amenaza a las crías.
Por miedo: Se manifiesta en respuesta a estímulos que
suponen una amenaza para el animal y preferentemente cuando éste no puede huir.
Aprendida: Puede ser consecuencia de enseñar a los
perros a ser agresivos. Sin embargo, se puede producir exactamente con la misma
facilidad cuando otras causas de agresión son reforzadas, sin querer, por el
dueño. Siempre que se refuerce una conducta (mediante caricias, palabras, o
contacto físico), el perro volverá a repetir esta conducta. Cada vez que se
habla con voz suave o regañando a un perro que gruñe, se está reforzando su
conducta de gruñido, y el perro la repetirá.
Por juego: Es una conducta normal en los perros jóvenes,
que necesita ser controlada debido al posible peligro para los miembros de la
familia y para los demás animales de compañía. Deben ser enseñadas las
limitaciones del juego a los cachorros. Los cachorros que no reciben las
cantidades adecuadas de ejercicio son los que probablemente presenten
problemas.
La agresión
por juego incontrolada posiblemente pueda conducir a formas de agresión
dominante y aprendida, a medida que el perro se hace adulto, así como a ser
peligrosos para los niños de corta edad y para los ancianos.
Por dolor: Se manifiesta en respuesta a estímulos
dolorosos.
Intrasexual: Se manifiesta espontáneamente en respuesta a
la presencia de individuos de la misma especie y sexo. Más frecuente en machos
que en hembras.
Territorial: Se manifiesta cuando un individuo de la misma
especie invade el área normalmente ocupada por otro individuo o grupo. En el
perro puede dirigirse hacia el ser humano.
Redirigida: Se manifiesta en presencia de un estímulo que
desencadena cualquier tipo de conducta agresiva, pero al ser ese estímulo,
inaccesible para el animal, la agresividad se dirige hacia un estímulo
alternativo.
Predatoria: La predación es una conducta normal en los
perros, que sin embargo cuando se aplica a la familia y a los animales
domésticos causa importantes problemas que deben ser corregidos. Esta conducta
puede ser estimulada por la actividad de las personas que hacen footing, de los
ciclistas, de los niños que juegan o de los automóviles que circulan. La
predación no va precedida de una fase de amenazas, pues sería contraproducente
para la conducta en sí.
Algunos
consejos de cómo evitar el comportamiento agresivo en nuestros perros.
1.
Seleccionar animales entre los que no procedan de padres con estos problemas.
2. Elegir
la raza, sexo y tamaño convenientes para el tipo de dueño y ambiente donde
vivirá.
3.
Demostrar quién es el dominante en la época de desarrollo.
4.
Entrenamiento adecuado. Oponerse inmediatamente a un comportamiento agresivo,
impidiendo cualquier amenaza.
5. Evitar
las caricias excesivas, sobre todo si el perro tiene tendencia a ser dominante.
6. No
acariciar a nuestro perro cuando es él, el que lo solicita de forma activa.
7. Evitar
el juego duro. Los juegos incrementan la excitabilidad e incitan la
competitividad, rivalidad, la agresión y la dominancia, así como la tendencia a
morder.
8. Es
conveniente dedicar cada día 10 minutos a ejercicios de obediencia y
entrenamiento con correa.
9. No
molestar al animal mientras come o descansa.
10. Situar
su plato de comida en un lugar donde pueda comer solo para evitar
enfrentamientos.
11.
Eliminar todo tipo de castigo, ya sea físico o verbal.
12. No
manipular o forzar al perro físicamente.
13.
Comenzar cualquier entrenamiento después de las 8 semanas de edad.
14. Evitar
los entrenamientos sin fundamento ya que pueden conducir a un pobre
aprendizaje, frustración y problemas de conducta.
Test: ¿Es mi perro de carácter dominante?
Contextos
en los que nuestro perro manifiesta agresividad por Dominancia.
·
Si
nos acercamos o intentamos tocar al perro mientras come o sostiene en la boca
un objeto que considera de su propiedad.
·
Si
establecemos contacto visual directo con el perro.
·
Si
nos inclinamos sobre el perro o le empujamos.
·
Si
lo castigamos, tanto física como verbalmente.
·
Si
le molestamos o intentamos desplazarlo de su lugar de descanso.
·
Si
intentamos colocarle la correa o el bozal.
·
Si
intentamos sujetarlo o inmovilizarlo físicamente.
·
Si
lo cepillamos, bañamos, o practicamos cualquier protocolo de higiene.
Evalúe a su
cachorro, joven o adulto, si manifiesta signos de agresividad en algunos de los
contextos arriba mencionados, no dudes en solicitar información, te atenderé
personalmente.
Tratamiento de la Agresividad por Dominancia.
Competitiva o de conflicto.
Entorno:
Uso de barreras físicas y de sujeción para evitar la lesión a humanos. Entrenar
al perro para el uso del bozal.
Tratamiento
farmacológico.
Técnicas de
modificación de la conducta.
Dificultades
en el diagnóstico.
Impulsividad: Entendemos por impulsividad aquella situación
en la que las señales de amenaza, gruñidos y labios fruncidos reducen su
presencia e incluso desaparecen por completo antes del ataque. En tal caso, la
mordedura aparece ante la primera señal de provocación.
Son tres
los elementos que podrían relacionarse con la aparición de impulsividad en un
caso de agresividad por dominancia:
Cronificación: Con el paso del tiempo y por un proceso de
aprendizaje, el perro aprende a suprimir los elementos de amenaza de la
secuencia de agresividad, tras descubrir que no poseen utilidad a la hora de
disuadir al propietario en sus intenciones.
Factores genéticos: Algunas razas y dentro de estás, algunas
líneas genéticas, parecen mostrar una mayor tendencia a la impulsividad que
otras.
Ansiedad: Los conflictos jerárquicos entre los lobos y
también entre los perros, no tienen una duración importante. Lenguaje corporal
y sistema de lucha ritualizada permite una resolución rápida del conflicto.
Sin embargo
en el entorno doméstico la situación no suele encontrar una resolución tan
rápida.
Tratamiento farmacológico.
Castración: No sea conseguido demostrar una correlación
directa entre castración y reducción de la agresividad por dominancia. Sin
embargo, ante la duda y si el propietario está conforme es mejor castrar al
animal. En los últimos años se ha sugerido la utilización de numerosos
psicofármacos en el tratamiento de la dominancia. Consultar con el veterinario
para posible utilización de fármacos.
Técnica de modificación de la conducta.
Ignorar al
perro durante dos semanas (de palabra, de contacto visual y corporal).
Detectar
todas las situaciones en las que se produce la agresión, y evitar que se
produzcan en el futuro.
Educación
básica, con el fin de que el perro pueda ser controlado cuando vaya a iniciar
un episodio agresivo.
El
propietario debe iniciar todas las interacciones con el perro, y toda aquella
acción que inicie el perro será sistemáticamente ignorada.
Para
reforzar el papel dominante del dueño, han de realizarse al día 10 minutos de
ejercicios de obediencia con correa.
Conseguir a
base de una gran dedicación el control sobre el perro, usando el bozal si es
necesario, previendo las situaciones que provocan la agresión, y evitándolas
inmediatamente con la práctica de ejercicios de obediencia básica.
Tratamiento de la Agresión Competitiva o de
conflicto.
Entorno:
Separación de los perros con barreras físicas, excepto cuando están bajo
control. Respetar estrictamente el orden jerárquico establecido por los perros.
Entrenar a los perros para el uso del bozal.
Modificación de la conducta:
Retirar
toda atención a ambos perros.
Educación
básica, con el fin de que los perros puedan ser controlados cuando inicien una
acción agresiva.
Desensibilización
y contra condicionamiento, con el acercamiento progresivo de los animales,
siempre bajo control y con correa.
Reforzar
los comportamientos aceptables, ignorar los errores.
Terapia
farmacológica: Consultar con el veterinario especialista.
La
castración puede ser efectiva en un porcentaje medio de los casos, siempre en
machos.
La
castración del animal menos dominante, puede ayudar a inclinar definitivamente
la balanza y estabilizar la jerarquía entre ambos animales.
La
castración del animal de edad avanzada, también puede ayudar a inclinar la
balanza y estabilizar la jerarquía entre ambos animales.
Castración
de ambos animales, en aquellos casos donde las peleas son muy violentas.
En hembras
la castración puede agravar el problema, porque la conducta es más dependiente
de las hormonas sexuales.
Aumento de
la dominancia. NO CASTRAR.
Solo si
está se relaciona de una forma muy clara con la llegada del celo.
Conducta de
celo, desaparece con la castración.
Pseudogestación,
desaparece con la castración.
Existen
tres elementos que pueden empeorar el pronóstico de un problema jerárquico
entre perros:
Existencias de una asimetría: Entendemos por asimetría aquella
situación en la que el perro que manifiesta un mayor carácter dominante es a la
vez el más pequeño en cuanto a tamaño y fuerza física se refiere.
Falta de inhibición del ataque: Algunos perros parecen no mostrar
la reacción de inhibición que muestra el individuo dominante ante las señales
de sumisión del individuo derrotado.
Cronificación: Con el paso del tiempo y por un proceso de
aprendizaje el perro aprende a suprimir los elementos de amenaza de la
secuencia de agresividad.
Tratamiento de la Agresión Territorial.
Entorno:
Separación del perro con barreras físicas, y sujeción para evitar lesiones a
humanos. Aislamiento del perro cuando lleguen visitas. Entrenar al perro para
el uso del bozal.
Modificación de la conducta:
Educación
básica, con el fin de que el perro pueda ser controlado cuando inicie una
acción agresiva.
Desensibilización
y contra condicionamiento, con el acercamiento progresivo de las personas,
siempre bajo control y con correa.
Reforzar
los comportamientos de aceptación.
Introducción
gradual de desconocidos, incrementando la dificultad de forma progresiva,
siempre con el perro bajo control; trasladar el ejercicio a la puerta de
entrada con la presentación de estímulos desencadenantes, como tocar el timbre,
hacer pasar a las visitas, y otros.
Terapia
farmacológica: Consultar con el veterinario especialista. La castración no
representa ningún beneficio.
Tratamiento de la Agresión por Miedo.
Entorno:
Separación del perro con barreras físicas, y sujeción para evitar lesiones a
humanos. Entrenar al perro para el uso del bozal. Reforzar su autoestima.
Modificación de la conducta:
Educación
básica, con el fin de que el perro pueda ser controlado cuando inicie una
acción agresiva.
Prever
todas las situaciones que provocan miedo o temor y evitarlas inmediatamente,
con la práctica de ejercicios de obediencia básica.
Reforzar la
obediencia básica en las situaciones en las que el perro no presenta miedo, y
generalizar mediante entrenamiento en muchos lugares.
Desensibilización
y contra condicionamiento, con la exposición a situaciones levemente temerosas,
con el estímulo alejado.
Reducir
progresivamente la distancia de los desconocidos, siempre bajo control y con
correa.
Si el perro
mostrase miedo, el extraño debe retirarse, e iniciar el ejercicio en la
siguiente ocasión a aquella distancia a la que el animal no se mostraba
reactivo.
Terapia
farmacológica: Consultar con el veterinario especialista. La castración no
tiene ningún efecto.
Tratamiento de la Agresión Maternal.
Entorno:
Proporcionar un ambiente tranquilo, con poca tensión. Evitar la agresión
procurando no tocar los cachorros, o los objetos considerados como tales por la
perra. Entrenar a la perra para el uso del bozal.
Modificación de la conducta:
Educación
básica, con el fin de mejorar el control del dueño.
Desensibilización
y contra condicionamiento, utilizando el control de la perra con la correa.
Terapia
farmacológica: Consultar con el veterinario el tratamiento más adecuado para la
pseudogestación.
Tratamiento de la Agresión Aprendida.
El problema
se trata, en primer lugar, instruyendo al dueño acerca de cómo acabar con el
condicionamiento de la conducta, para conseguir la extinción de la misma.
Dependiendo
del tipo de agresión, otras consideraciones incluyen los ejercicios de
obediencia, la desensibilización y contra condicionamiento, para corregir el
tipo concreto de agresión que está siendo condicionada.
Tratamiento de la Agresión por Dolor.
Teóricamente,
si el perro manifiesta dolor sería mejor no manipular la zona dolorosa.
Sin
embargo, esto no siempre es posible, sobre todo en el caso de aplicar terapia
física o medicaciones.
En este
caso, el modo de actuar consistirá en tratar el dolor, evitando producir más, y
aplicar ejercicios de desensibilización y de contra condicionamiento para
aumentar la tolerancia del perro a ser manipulado.
Tratamiento de la Agresión Intrasexual.
Los casos
avanzados pueden ser problemas muy difíciles de controlar.
Es
necesario que los dueños estén lo suficientemente instruidos acerca de la
conducta social canina y participen activamente en el adiestramiento.
Se
realizará el mismo tipo de tratamiento aconsejado para la agresión competitiva.
La agresión
intrasexual entre hembras, también puede tener una implicación hormonal, pero
se observa entre perras que viven juntas con mayor frecuencia.
Aparece en
hembras de 1 a 3 años, y las manifestaciones son semejantes a las realizadas
por los machos.
Tratamiento de la Agresión inducida por Juego.
Proporcionar
una cantidad suficiente de ejercicio.
Educación
precoz en obediencia y respeto.
Evitar el
juego de tira y afloja o presa de guerra.
Corregir la
mordedura del juego.
Utilizar
collares de cabezada si es necesario para conseguir el control del perro por
todos los miembros de la familia.
Fomentar el
liderazgo y control del dueño.
Tratamiento de la Agresión por Predación.
El
adiestramiento en la obediencia, respeto, técnicas de desensibilización y contra
condicionamiento son consideraciones para la terapia de los perros que
persiguen blancos que se mueven.
Sin
embargo, en algunos casos la conducta predatoria se presenta tan acusada que no
puede ser reprimida, independientemente de la técnica de adiestramiento; en
estos casos la única forma segura de impedir la conducta es mantener al animal
rigurosamente confinado.
Sólo se
darán paseos con correa y bozal, con vigilancia y control continuos.
Los dueños
deben estar informados de que si se pierde el perro, éste puede causar lesiones
de las cuales ellos son totalmente responsables.
Tratamiento de la Agresión Posesiva.
Se evitará
su paso a las zonas donde aparezcan los problemas, pero las técnicas de
modificación de conducta son el centro del tratamiento:
Se
mantendrán fuera del alcance del perro todos sus juguetes; se le darán al
iniciar el juego o el adiestramiento, y le serán retirados al finalizar éstos.
Se
insistirá en los ejercicios de educación y obediencia, obligándole acatar una
orden cada vez que desee algo (comida, juegos…).
Se le
enseñará a soltar los objetos al oír una orden.
La terapia
farmacológica no está justificada, a no ser que las agresiones sean
importantes.
Agresión Idiopática.
Idiopático
es un adjetivo usado primariamente en medicina, que significa de irrupción
espontánea o de causa oscura o desconocida. Los animales afectados presentan un
electroencefalograma anormal, más parecido al de un animal salvaje que al
correspondiente a un perro doméstico. Es un tipo de agresión muy peligroso, sin
tratamiento conocido. En la mayoría de los casos, la eutanasia parece ser la
elección más apropiada.
Tratamiento de la Agresión Redirigida.
Entorno:
Identificar los estímulos que desencadenan la agresión, evitando la exposición
de éstos al perro. Colocar correa o bozal, o confinar al animal cuando la
exposición al estímulo sea probable.
Modificación de la conducta:
Distraer la
atención del animal hacia el estímulo con otro diferente, y alejarlo del
estímulo desencadenante hasta que se tranquilice.
Tratar
otros problemas subyacentes.
Desensibilizar
y contra condicionar las respuestas a los estímulos.
Adiestrar
en obediencia para mejorar el control del dueño.
La
Castración y el comportamiento Sexual:
En el perro
tiene pocos efectos sobre la conducta observándose gran variación individual
entre perros debida a diferentes factores:
La ausencia
de testosterona después de la castración.
La
presencia de hembras en celo.
Experiencias
sexuales antes de la castración.
Pueden
mostrar desinterés después de 6-12 meses.
Pueden
montar y copular con las hembras en celo con normalidad aunque su reflejo de
eyaculación lo tienen perdido.
Reduce en
un 60% el comportamiento de montar a la gente y la agresividad entre machos, y
en un 50% el marcaje de orina en la casa.
No afecta
las tareas de los perros de trabajo de caza, guarda, y defensa, etc.
Puede ser
beneficiosa o necesaria en perros viejos como ayuda en el tratamiento de
tumores perianales, prostáticos y testiculares.
Monta
sexual———mejoran con la castración.
Fugas
sexuales——mejoran con la castración.
Marcaje con
orina—mejoran con la castración.
En las
perras previene los celos, no produciendo cambios de conducta ni sobre su
feminidad.
No
contribuye ni favorece la obesidad.
Aunque si
se practica cuando los niveles de progesterona son elevados (después del celo)
puede producir falsas gestaciones e irritabilidad.
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